El recorrido comenzó después de haber visitado por un par de noches Kumarakon y su villa en la cual tuve oportunidad de conocer el origen de una bebida que se volvió una tradición en mi México y que estando ahí me vine a enterar de donde provenía realmente, benditas travesías de aquellos que hicieron conexión de la ruta de las Indias y llegaron a América para heredarnos cosas tan maravillosas como el mango, el limón y por supuesto la tuba, que en India, particularmente en Kerala, le denominan toddy, una bebida que viene del corazón de la flor de las palmas de coco y que se fermenta en la misma palma, ver escalar a los nativos de la villa me llevaron por un momento hasta el hermoso Nayarit y Jalisco, donde en sus costas esta tradición se ha hecho nuestra.
Un breve y muy divertido momento en los tuk tuks, o taxis con motocicleta y llegamos al muelle donde nos esperaban hermosas embarcaciones para dar inicio a mi sueño, y creo que el de todos los que formamos parte del Keralablogexpress, porque, ya fuera por ese capitulo que no solo yo disfrute de Burdain, o porque alguien más se los menciono o recomendó, esperaban con ansias el estar a bordo de estos icónicos barcos que se utilizaban para albergar a varias personas y transportar arroz y que se han vuelto parte del atractivo turístico de Kerala para dar la bienvenida a todos quienes tenemos la oportunidad de visitarlos.
Divididos en grupos subimos abordo, cual niños que suben al juego más divertido del parque de diversiones, recorriéndolo de arriba abajo, abriendo puertas de un lado a otro, decidiendo quien dormiría donde, y tuve mucha suerte porque mis cómplices de este viaje serian Inma y Eviña de España (esta última la mencionó en mi articulo de Coconut Lagoon), Emanuele Siracusa Italo-Portugues y Vijay Nambiar que casualmente su familia proviene de Kerala, a quien dicho sea de paso extraño mucho porque siempre fue muy amable y cariñoso conmigo, bueno, Vijay (viyei se pronuncia) era siempre muy lindo con todos, será por eso que siempre buscábamos estar cerca de él y me toco que fuera parte de nuestra embarcación.
Y es aquí justamente cuando comenzó el movimiento suave que nos adentraba en las aguas y canales de Allepey o Alappuzha como oficialmente se le llama, aunque es por el primer nombre que todos se refieren a esta ciudad de remansos y lagunas, que tengo que hacer una pausa para poder encontrar las palabras que mejor describan y definan este paseo, intentando llevarlos con la imaginación hasta este paraíso de la India.
Las embarcaciones cuentan con todo tipo de comodidades, dependiendo del tamaño pueden tener de 2 a 4 habitaciones, una generalmente es la principal y las demás cuentan con camas dobles o matrimoniales según se soliciten, sala y comedor unidos en una misma área y otras con terrazas en la proa o como la nuestra que en un segundo nivel tenia el balcón o terraza con una sala adicional, cocina que incluye un cocinero y otra persona que le apoya en el servicio, y aquí permítanme decirle que tuve de las mejores experiencias gastronómicas en Kerala, India, el señor cocinaba como pocos que conocí en el viaje, y quien se encargaba del servicio no reparo en darnos mimos durante el día y medio que duro el trayecto.
Yo intentaba encontrar el mejor punto para darme a la absoluta tarea de solo disfrutar, que ni las conversaciones, aunque muy divertidas, quitaran atención a lo que estaba a punto de gozar, pero bueno, es que es imposible no compartir lo que a nuestro paso se mostraba, como queriendo hacer más real lo que veíamos y darnos cuenta que no era solo parte de nuestra imaginación por lo hermoso que resultaba. Desde las mismas aguas y sus reflejos mientras transcurría el día y el sol iba cambiando su color, las villas y sus pobladores que se asientan sobre los márgenes de los canales y lagos que se unen uno tras otro a través de los mismos, pescadores de ida y vuelta o ahí mismo en la orilla con una pequeña caña, niños corriendo, gente que caminaba, el sonido de las campanas de las iglesias (si, no todo mundo en India es Hinduista ni Musulmán, particularmente en Kerala hay muchísimas iglesias, mas de las que pudieran imaginar) y tierras que se perdían a la vista llenas de plantíos de arroz e hileras interminables de palmas de coco, la magia de Allepey se fue apoderando de todos, para dejarnos totalmente ensimismados, hasta la inquieta Inma no pudo evitar ser hechizada y atrapada por la paz y reflexión que este crucero nos provocaba.
A veces solo se escuchaba el sonido del click de la cámara de Emanuele o de Vijay, que se confundía con el de las aves que pasaban cerca, presumiendo su alas y hábil vuelo para salir en primer plano, y seguir en el éxtasis, barcos con costales llenos de arroz y gente que saludaba de lejos y más clicks. En la mesita de centro fruta fresca, nueces de la India (por supuesto comí tantas como me fue posible en este viaje porque su sabor fresco es muy diferente al que llega hasta mi supermercado), agua, té negro o verde y cervezas, que parecieran no tenían fin, porque tan pronto estaban por terminarse nuestro amable mesero nos reabastecía, sin darnos cuenta en que momento aparecía y desaparecía. Me toco seleccionar la música y creo que ha sido de las decisiones más difíciles que he tenido que tomar en un viaje, porque ¿Qué se puede escuchar que sea el maridaje y armonización perfecta a tanta belleza?, pero parece que mi melomanía sirvió de algo y todo mundo estuvo feliz de mi lista.
La comida estuvo lista y un excelso banquete nos esperaba, pescado fresco frito, un pollo con curry, cerdo con especias, arroz, otro guiso más con verduras y especias, una sencilla ensalada de pepino y un postre tradicional que se hace a base de leche y fideos delgaditos, si lo escribo así pareciera algo tan simple, pero créanme todos coincidimos que el sabor de los platillos era de las cosas más ricas que habíamos probado en el viaje, como les dije antes, nuestro cocinero, sin estrellas, ni lista que lo mencione ni sepa de su existencia, es de los mejores que he conocido, para chuparse los dedos, y bueno, esto no es solo una frase, literalmente me los chupe y ni en ellos deje rastro de la maravilla que acababa de comer.
Las horas pasaban, de un escenario a otro que no dejaba de hacernos abrir más los ojos, por ratos rendidos de tanto alboroto mental y visual, nos tendíamos en los sillones, unos con sus computadoras abiertas, agradecidos de tener al fin un momento de tranquilidad, juntos pero a su vez cada quien en lo suyo, inmersos en ese tiempo que a veces todos necesitamos para poder ir asimilando lo que se vive en una travesía como la que estábamos viviendo en Kerala.
Esos barcos se mueven tan suavemente que por supuesto arrullan, pero como cerrar los ojos a eso que no se en que momento he de ver de vuelta, pero me rindo y entiendo que esto es parte de lo que uno tiene que vivir en ellos, esta inmediatez en la que vivimos nos ha hecho querer comernos todo sin medida, hasta con los ojos, me deje vencer a la calma y me sumergí por un rato que no se cuanto tiempo duro, porque aquí el tiempo no tiene medida, en un somnoliento receso, mientras el barco seguía el curso del sol para llevarnos a su puesta de sol en el lugar perfecto.
Si, las puestas de sol en Kerala son indescriptibles, pero esta fue suprema, ahí en medio de la nada, nuestra embarcación paro junto con otras más del grupo del Keralablogexpress para cada quien, en la forma que mejor le complaciera, admirar uno de los espectáculos más bellos de la naturaleza, es increíble como algo puede unir a personas tan diferentes, de procedencias tan extremas, intereses opuestos, y todos sin excepción, claudicamos a la grandeza del astro rey, para ver como poco a poco, iba perdiéndose en el horizonte y nos seducía. Más clicks aquí y allá, no en plano de competencia, sino para después compartir muchas de las mejores fotos que hoy forman parte de los álbumes de quienes fuimos parte de esa aventura.
Llego la noche y con ella la cena, otro festín de sabores locales, nada de técnicas complicadas con explicaciones que nos dejan más confusos que claros de lo que nos llevaremos a la boca, y si alguna duda existe es más bien en la forma correcta de pronunciar el platillo porque esta en un idioma poco conocido para quienes no somos de India, pero eso deja de tener importancia cuando con solo el aroma uno ya comienza a salivar.
Con la luz tenue de la luna en lo más alto, intentaba imaginar que albergaba la obscuridad total de lo que nos rodeaba y pensé que era momento de descansar para tratar de alcanzar el amanecer, lo cual no fue posible, el barco se mueve tan cadenciosamente que todos tuvimos que ser despertados por nuestro buen amigo encargado de avisarnos que el desayuno estaba listo y que teníamos que estar preparados para tan pronto terminar de desayunar desembarcar. En la mesa nos esperaban huevos, pan y fruta fresca, mantequilla, café recién hecho, té verde y negro, y unas tortitas de plátano fritas que fueron mi perdición.
Hay tantas imágenes que no se pueden guardar en una cámara, aun en las de video, porque llevan tal cantidad de risas y abrazos, que uno deja de lado cualquier dispositivo para poder llevarse en eso en la memoria más poderosa del mundo, la mente, el corazón, y que de ahí, jamás han de desaparecer.