Kerala, India, al encuentro de un sueño

7th April 2014

1ª parte de un viaje que marcó mi vida para siempre

“A la India, o la amas o la odias” me habían comentado muchos de mis amigos y conocidos cuando platicaban de sus viajes a este país, y tal vez eso fue lo que me provoco una ansiedad pocas veces experimentada antes de un viaje, la incertidumbre de no saber como sería mi primer encuentro con un país en el que soñaba conocer desde que tengo memoria, y el hecho de volar justo al otro lado del mundo de donde yo vivo, un lugar muy lejos de casa. Treinta horas tomó para, tan pronto bajar del avión, en un largo y profundo respiro, darme cuenta que un lugar que huele a especias, flores, con una nota dulce, no puede, bajo ninguna circunstancia, defraudarme… en ese primer respiro me enamoré de India a través del estado de Kerala.

Debo confesar que desde el primer día que inició el concurso que la oficina de turismo del estado de Kerala organizó para que bloggers entusiastas de todo el mundo se inscribieran para ganar un viaje a la India, me parecía imposible lograr siquiera un lugar digno, en una dinámica donde la gente debía votar por mi para ser elegida entre los finalistas me ubicaba cerca del penúltimo lugar y con un número muy por debajo del primero que alcanzó más de cinco mil votos. Una mañana de enero del recién iniciado 2014 recibí una sorpresa, era yo una de los bloggers seleccionados para ser parte de un viaje al mágico Kerala como parte de un tour denominado #KeralaBlogExpress en el que, durante más dos semanas, nos llevarían de un rincón a otro de este estado que comparte historias culinarias con nuestro México.

¿Cómo se llega a la India desde México y cuánto costará? Fueron mis primeras dudas, no tenia ni idea de cómo es la ruta aérea para llegar hasta Kerala, India. Resultó que no es tan complicado y mucho menos tan caro como muchos podrían imaginar, el tema más bien está en la distancia pero, créanme, cada minuto, horas y días que a uno le toma llegar hasta Kerala lo valen. La opción más fácil es México – Londres – Mumbai – Kerala, esa es la ruta en vuelo redondo con British Airways y mi maleta estuvo en tránsito desde que salí del aeropuerto de la ciudad de México hasta Mumbai, ahí tuve que tomar un vuelo de una aerolínea de bajo costo del país para llegar hasta Trivandrum, el aeropuerto internacional de Kerala, nada complicado y a un súper precio.

Arribar a Kerala fue una sensación que me es difícil de describir, ahí estaba yo, después de muchas horas de vuelos y prácticamente dos días después de haber salido de mi casa, en un lugar totalmente desconocido y que no tenía ni la menor idea de quiénes me estarían esperando, y mucho menos quiénes serían mis compañeros y compañeras de aventura. Sentí un gran respiro cuando, de repente, oí mi nombre y ahí estaba Rutavi, con ese acento que muchas veces escuché solo por televisión y que de pronto traspasaba la pantalla para convertirse en una realidad. Si no hubiera sido porque habría parecido una loca, la habría abrazado y besado de la emoción, y me sentí mas relajada de saber que de una u otra forma había alguien ahí que me conocía, al menos por mi nombre y por las redes sociales, no estaba sola, y lo mejor fue que a los pocos días nos dimos muchos abrazos.

La verdad es que nunca me formé una expectativa sobre como sería Kerala, primero porque por más que uno visite un sitio de internet no hay forma de saber si lo que uno ve ahí será del todo realidad, aunque debo admitir que cuando estuve revisando su página web me encontré con lugares que llamaron muchísimo mi atención, especialmente su gastronomía, mi rondar por las diferentes paginas con información de Kerala era más con la intención de investigar un poco sobre el lugar al que viajaría, además era importante conocer sobre la historia, en particular de las especias y su gastronomía, que fue lo que nos unió con este país, y tener un poco más de datos que me ayudarían a comprender mejor lo que estaba por descubrir con mis propios ojos.

Durante 17 días visitamos más de 25 puntos entre regiones, ciudades y sitios de interés, conocimos 14 hoteles en los que nos hospedamos o fuimos para comer, tomar el té o disfrutar puestas de sol, de los cuales les iré platicando en el transcurso de los días, y un recorrido de miles de kilómetros por todo el estado arriba de un autobús en el cual, en un inicio, solo se escuchaban algunas platicas y murmullos, para al final llenarse de risas y carcajadas, cantos, videos, fotos, siestas y sueños profundos y muchos abrazos y hasta lágrimas cuando nuestra historia en Kerala llegó a su fin, un autobús que fue testigo de cómo los viajes nos pueden reunir con gente maravillosa de la cual no queremos despedirnos jamás y se quedarán en nuestra vida para siempre.

Kerala me llenó de sonrisas y calidez, será que sus habitantes nos quieren enseñar que no todoIndia es igual, que existen lugares donde la gente vive y es, realmente feliz, en este país lleno de contrastes, culturas y tradiciones que a muchos nos pueden resultar extraños y muy diferentes a lo que para nosotros es sinónimo de bienestar.

Mi vida nunca volverá a ser la misma gracias a Kerala y su gente, viví la historia que leí en muchos libros, probé y disfruté cuanto tuve al alcance. Hoy me ha quedado claro que es lo que a muchos en México, provoca el sueño e ilusión de conocer la India y cual es el lugar exacto donde se une ese lazo invisible con nuestro país. Son muchas las cosas que tenemos en común especialmente con la cocina, pequeños cambios en ingredientes o técnicas de cocción pero que se convierten en el mismo platillo, mango, limón y especies a cambio de jitomate, chiles y cacao, entrando y saliendo desde el puerto de Kochi en Kerala. Esta es la puerta de entrada que los mexicanos deben abrir en su primer encuentro con India a mi parecer, porque Kerala, tiene todo eso que nos gusta de este país, principalmente por su gastronomía.

Kerala es la versión ligera y amigable de la India, un estado donde el 98% de la población lee y escribe, donde durante 17 días solo me pidieron limosna una vez, donde los niños que vi jugaban, iban camino a, o de regreso de la escuela, que si bien vi un montón de basura, el tema de programas de ecología en los hoteles que visité se lo toman muy en serio y de más de 7 propiedades en las que me hospedé solo dos me dieron llaves electrónicas, y los señalamientos y recomendaciones para cuidar el ambiente dentro y fuera del hotel nos hacían pensar en cómo seguir sus consejos, eso de traer el shampoo y cremitas de recuerdo fue casi imposible porque en casi todos los hoteles los frascos eran rellenables.

Ha pasado una semana desde que regresé de Kerala y aún intento procesar todo lo que mis ojos, nariz, boca, mi cuerpo entero, vivió y disfrutó cada día que transcurrió en ese viaje, cada espacio que me dejó con el mejor sabor de boca para poder sentarme a escribir y compartirlo a través de este blog. Habré de pedirles paciencia mientras voy poniendo orden a cada día y lugar que visitamos para poder describírselos de la mejor forma, sin extenderme demasiado u omitir cosas importantes que deben conocer si después de leerme ponen manos a la obra para reservar y hacer este viaje.

De Kerala traje de recuerdo mil imágenes en mi memoria, cuatro kilos de especias, muchos amigos nuevos y la certeza de saber que esto es solo el principio de muchos encuentros más con la soñada India y Kerala.

Continuará…